Brenda Chiara. 17/06/2024. La seguridad social de largo plazo es un sistema diseñado para proteger a las personas en la etapa de la vejez, asegurando que puedan disfrutar de una calidad de vida digna después de su retiro laboral. Este sistema se basa en la organización de los trabajadores para realizar aportes a un fondo común, el cual puede ser administrado de diversas maneras: por entidades estatales, privadas o mediante una combinación de ambas. En Bolivia, está administrado por el Estado, mediante al Gestora Pública de Seguridad Social de Largo Plazo.
Es fundamental que los trabajadores comprendan la importancia de exigir y asumir responsabilidad por su seguridad social de largo plazo. Este sistema no solo garantiza una fuente de ingresos durante la jubilación, protege contra las incertidumbres económicas y reduce la dependencia total de los ingresos familiares. Cabe señalar que la seguridad social en nuestro país está asociado a un seguro de salud, que es de mucha utilidad en esta etapa de la vida.
Una de las claves para fortalecer la seguridad social de largo plazo es la educación previsional. Es esencial que los trabajadores se informen y desarrollen una mayor cultura previsional, entendiendo cómo funcionan los sistemas de pensiones y la importancia de sus contribuciones siendo jóvenes. Esta educación les permitirá tomar decisiones informadas sobre su futuro financiero y planificar adecuadamente su retiro.
Aportar a un fondo de pensiones no solo es un acto de previsión individual, sino también una acción de solidaridad colectiva. Al contribuir mensualmente, los trabajadores consolidan un fondo robusto, que según su estructura, se invierte en diferentes mecanismos financieros (interés compuesto) con la finalidad de garantizar que las pensiones sean suficientes para cubrir las necesidades básicas y proporcionar una vida digna en la vejez. En nuestro país rige un modelo mixto de pensiones, individual y de reparto (Fondo Solidario), que está otorgando pensiones muy bajas debido a varios factores.
La seguridad social de largo plazo también actúa como un estabilizador social y económico. Al asegurar una fuente de ingresos para las y los jubilados, se reduce la presión sobre las familias. Así mismo, es importante el aporte estatal, en cuanto garante del derecho a la seguridad social de las y los trabajadores, que durante su vida activa laboral aportaron al desarrollo del país.
En resumen, la seguridad social de largo plazo es un componente vital para garantizar una vejez digna y segura. Las y los trabajadores deben involucrarse activamente desde muy jóvenes y ser vigilantes del adecuado funcionamiento del sistema de pensiones. Ante sus limitaciones identificadas, urge que las organizaciones de trabajadores se unan para cambiar esta situación, y luchar por el derecho a la jubilación digna.