(Brenda Chiara. 30/05/2024).- El proceso de transición de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) a la Gestora Pública de la Seguridad Social de Largo Plazo ha sido un camino largo y complicado, que se ha extendido por al menos 12 años. Durante este tiempo, no se ha realizado una evaluación adecuada de la función de las AFPs en materia de pensiones. Este cambio ha dejado un rastro de juicios y deudas que el Estado ha tenido que asumir, reflejando las dificultades y desafíos de la transición.
A pesar de los años transcurridos, la Gestora Pública no ha mostrado mejoras sustanciales en términos de rentabilidad. Según el experto e investigador de la Organización para la Seguridad Social Flora Tristán, Federico Zelada, la rentabilidad ha pasado de un bajo 3,3% a un modesto 4,11%. Este aumento, aunque positivo, sigue siendo insuficiente para considerarse un buen administrador de los recursos de los trabajadores. La rentabilidad sigue estando muy por debajo de lo esperado, lo que genera preocupaciones entre los asegurados.
La falta de confianza plena en la gestión estatal de las pensiones es un tema recurrente. Muchos trabajadores proponen la creación de un ente gestor independiente del gobierno, que garantice una mejor rentabilidad y una administración más eficiente de los fondos de pensiones. Esta propuesta surge del deseo de contar con una entidad que no esté influenciada por intereses políticos y que se enfoque exclusivamente en maximizar los beneficios para las y los asegurados.
Desde la organización Flora Tristán, se enfatiza la necesidad de elaborar un nuevo proyecto de ley de pensiones que contemple las múltiples demandas de los trabajadores. Se espera que este proyecto de ley sea resultado de un consenso entre los diferentes sectores, con el objetivo de beneficiar a todos los trabajadores del país. La Ley 065, vigente actualmente, es insuficiente ya que no logra cumplir con el objetivo de otorgar pensiones dignas de vejez, ofreciendo en promedio algo más del 30% del referente salarial de los trabajadores, principalmente del sector profesionalizado, después de 25 o 30 años de aportes.
En conclusión, la transición de las AFP a la Gestora Pública de la Seguridad Social de Largo Plazo ha sido un proceso largo y difícil, con resultados que aún no satisfacen las expectativas de los trabajadores. La creación de un ente gestor independiente y la revisión de la legislación vigente se presentan como posibles soluciones para mejorar la rentabilidad y la confianza en el sistema de pensiones, garantizando así una mejor calidad de vida para los jubilados del país.
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